Feb 4
# Hará unas décadas, un notable político vasco hizo correr algo de tinta al asegurar, en una entrevista televisada, que él no se contradezquía. Fue un lapsus linguae y no hay que darle mucha importancia, pero sí al problema que mucha gente tiene para conjugar el verbo “contradecir”. Pertenece al modelo 42 y se conjuga como “decir”. Eviten escribir o pronunciar contradeciré, contradeciremos, etc., pues son usos espurios.# Con los verbos “conducir”, “seducir” y afines, también se dan confusiones. Son del modelo 41. En el pretérito perfecto se dice: “conduje”, “sedujimos”; y no: conducí, seducimos. Es muy habitual esta confusión. # El término “orgasmo” hoy es conocido, en su acepción inmediata, hasta de los chiquilines. Los que somos abuelos no recordamos que en nuestros tiempos se pronunciará tal sustantivo. ¿Era pudor, pecado o simple ignorancia? La palabra se la reservaban los doctores, e incluso dudamos de que la emplearan alguna vez. No olvidemos que entonces no había sexólogos, aunque sí argentinos. Hoy día, el vocablo está en boca de cada quisque. ¡Uy, chica!, al verte me ha dado un orgasmo de satisfacción. O Aquella película era de orgasmo. A Q.P. le gusta más lo que solía decirle a su madre una baturra de Gallur: “Me lo he pasado tan bien con mi noviejo, que he tenido dos calambricos”.# Leemos en el diario Qué!: Amenazaron con matar un rehén… Desde hace tiempo, los gramáticos aconsejan poner la preposición a delante de los complementos directos personalizados. Es mejor decir: “He matado a mi suegra” que he matado mi suegra. (Por cierto, absténganse de hacerlo…) Igualmente, empleamos esa a cuando sujeto y complemento directo de cosa pueden confundirse: “El entusiasmo venció (a) la dificultad (Gili Gaya)”. En aquel caso, nos hubiera agradado leer: “Amenazaron con matar a un rehén”.# Tratemos de sustituir el anglicismo paquete, tan de moda en los medios de comunicación, por “conjunto”, “bloque”, “suma de”. Además de “envoltorio”, a los pícaros de Q.P., paquete les recuerda aquello que los varones llevan entre las piernas… y que tanto trabajo les da.# Publio Cornelio, desde Cuernavaca, México (se pronuncia Méjico), nos envía este apunte: “¿Se imaginan ustedes que, en un congreso de medicina, el ponente (o ponenta) comience de esta guisa: “Otorrinoralingólogos y otorrinolaringólogas, laringtomizados y laringtomizadas…?”. ¿No podría haber acudido al plural del género?# Sobre este espinoso asunto, Q.P. se siente algo desvalido. Francamente, a los varones no les importa que determinados seres no tengan masculino. No hay focos, sino focas; ni jirafos, sino jirafas, ni nutrios, serpientos, araños o mariposos (salvo alguno). A mayor abundamiento, las palabras más hermosas del diccionario suelen pertenecer al género femenino: “solidaridad”, “entrega”, “devoción”, “fraternidad” “amistad”, “caridad”, “cordialidad”, ”delicadeza”, “filantropía”, “intimidad”, “piedad”, “sexualidad”, “suavidad”. Y esto, solamente, si espigamos entre los sinónimos y términos cercanos a la palabra “amor”… Queridas jóvenas, nos caen ustedes muy bien, pero relájense, no sean tan intolerantas.# Última perla oída a mi enfermera: “Espere un poquitín, que tengo ahí fuera a una pacienta”.
Llueve
Hace 1 día
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