- Oímos decir a un locutor, en Radio Nacional y a propósito del problema del agua: “Fue como la gota malaya”. Nos quedamos perplejos. Quizás dicha gota provenga del danubio universal.
- La excelente escritora Carmen Posadas, en un artículo de El Semanal, defiende la simplicidad o la sencillez en las conclusiones de algunos de los casos que la mayoría de la gente ve como oscuros o difíciles de aclarar. Así, habla de la muerte de Diana de Gales, que ella la ve como un accidente, y rechaza la famosa “teoría conspiratoria” en el atentado y masacre de Atocha. Sostiene que a la mayoría de los mortales nos fascina lo esotérico, las soluciones complicadas, lo sospechoso y underground. Buenas razones esgrime esta guapa escritora y no la vamos a contradecir. Y es verdad que a muchas personas lo obvio les parece falso por eso justamente: por fácilmente deducible. No obstante, no podemos olvidar lo complejo que es el mundo, lo retorcido que se halla y las maniobras subterráneas de quienes quieren engañarnos ocultando la verdad.
Tenemos la certidumbre de que Carmen Posadas, mujer aguda, leída, estilosa y despierta, habrá leído a Maquiavelo. Aunque, probablemente, se le habrá olvidado algún párrafo. - Hoy, servidor ha hecho su declaración de renta. Como soy mileurista, la administración va a devolverle algunos duros. Y he firmado con una equis en el apartado que corresponde al voluntario óbolo a la Iglesia. Pensé que, por muchos disparates que ésta haya cometido en el pasado, por mucho que las enseñanzas de unos clérigos indignos hayan arruinado buena parte de la juventud de quienes nos acercamos a los setenta, no debemos olvidar el conjunto de actuaciones sociales que la Iglesia desempeña hoy y que podrían disminuir o venirse abajo si su capacidad de acción disminuyese por falta de donaciones. Y esto lo dice un agnóstico y amante de cualquier o.n.g.; no se confundan ustedes.
- Por cierto, no trabemos “aconfesionalidad”: que no se pertenece a ningún credo religioso, con “laicismo”: doctrina que defiende la total independencia del hombre, de la sociedad, y más particularmente del Estado, de toda influencia eclesiástica o religiosa.
¿Qué queremos para España: aconfesionalidad o laicismo? El futuro nos lo dirá. - Se acaba la Liga y, a falta de un partido, la cola de la Primera División se estremece. Más angustia para los forofos de estos clubes amenazados, hinchas que no consiguen conciliar el sueño ni contando penaltys.
- Es muy frecuente oír a personas del género femenino, esa nauseabunda expresión de estoy hasta los cojones. Creo que no debemos presumir de aquello de lo que carecemos. Como alternativas, mis boquitas pintadas pueden decidirse por otras fórmulas. Por ejemplo: “Estoy hasta los labios menores (o mayores)”, “estoy hasta la vulva”, “estoy hasta la vagina”, “estoy hasta las trompas de Falopio”, “estoy hasta el útero”, “estoy hasta la matriz”, o “estoy hasta los ovarios” (ya se oye). Y que nos dejen a los hombres lo de “huevos”, “testículos”, “capullo”, “carallo”, “pelotas”, etc. Pero, por favor, que ellas, aunque les pese y les roa, no presuman de lo que la madre Naturaleza no las concedió.
- Leemos en el periódico Diario Vasco del domingo once de mayo, y en su sección deportiva, que la Real empató en las antípodas. Hombre, sabemos que Cádiz, San Fernando, Puerto Real, Huelva y Punta Umbría están lejísimos de Donostia, ¡pero tanto como que sean nuestras antípodas! Antípoda es aquel punto que está en el otro cabo de una diagonal o eje que pasa por el centro de la Tierra, un lugar diametralmente opuesto. Creo recordar del bachiller que nuestras antípodas son, más o menos, las tierras de Nueva Zelanda, meridiano más o menos. Por otro lado -y esto lo explica muy bien el profesor Lázaro Carreter-, “antípoda” es palabra que puede usarse tanto en masculino cuanto en femenino. Diremos: “Los maoríes son nuestros antípodas, y “Las maoríes son nuestras antípodas.”
- Hemos leído en “los papeles” que el club de Fútbol Barcelona, el Atlético de Madrid y el Real Madrid se van a salvar de la crisis, ya que la inestabilidad inmobiliaria no los va a afectar. ¿Por qué demontres siempre se salvan los más ricos?
- Y hablando de estos problemillas, lo que ahora nos oprime a los ciudadanos parece que es una “desaceleración económica”, no una crisis. Contracorriente, creemos que padecemos, más bien, de una fuerte “descomposición”. Y nosotros tenemos el remedio para eso: ¡arroz blanco, plátanos y Fortasec!
- Leemos en un periódico que un muchacho problemático ha dado muerte a su padre a golpes. ¡Mira que si llega a ser algo más que problemático!
- Ojo al uso de “nadie” por “ninguno”, muy frecuente. Nadie de entre ellos vino a casa se da como barbarismo. Debe decirse “Ninguno de entre ellos vino a casa”. El mismo caso se da entre “alguien” y “alguno”.
- Parece ser que, por fin, la D.G.T. va a controlar a los motoristas por si llevan o no casco. Creemos que con ello no basta. Un casco de garantía, integral o semi, debe estar fabricado con keflar, fibra de vidrio o policarbonato. Pero proliferan cascos llamados “quita-multas”, muy baratos, cuyo diseño no cubre la oreja del conductor y, por consiguiente, no están homologados, con los cuales el motorista puede sufrir lesiones graves al menor golpe. ¡Alerta, chicos!
- Nos toca leer, en el diario Qué! lo siguiente: En la maleta del Chikilicuatro no faltarán las camisas lilas… Con esto de los colores hay que hilar fino. Los colores naturales: blanco, azul, carmesí, forman los plurales sin problemas. Pero aquellos colores derivados de un objeto -por ejemplo, una flor-, no forman plurales. Se dirá: “La defensa azulgrana”, “sus camisones rosa”, “sus camisas lila”. Creo que esto ya lo dijimos en anteriores blogs. Además, chiquilicuatro/e se escribe con q, aunque lo hagamos desde las Vascongadas.
- La escritora Karmele San Martín, que nos dejó una obra preciosa, irónica, perspicaz y tierna me dijo una vez: “Fíjate, Jorge, ¿te has dado cuenta de que en España hay siempre más dinero de la Administración para los tontos que para los listos? Así nos va”.
Llueve
Hace 2 días
1 comentario:
Está muy bien advertir que la q existe en castellano a pesar de que ,como muy bien dice Q.P., se escriba desde el País Vasco, empeñados algunos en la falsa pretensión de que en euskera nunca se escribió con C (falacia absoluta) y si no por qué la cabecera de Qué! no nos la presentan maravillosamente o CHIQUILICUATRIMENTE COMO KÉ!, ké os parece .
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