Pepe Pintado, desde Caravaca (Murcia), nos envía este jugoso texto, leído en la prensa, donde se demuestra -lo dice Q.P.- que, por muy famosa que sea una persona, será el lenguaje quien la juzgue y nos de una exacta noción de su cultura):
Desde el célebre candelabro, vocablo que ya define el género, o el neologismo estentóreo, del ínclito Jesús Gil (q.e.p.d.), muchos han sido los deslices, lapsus linguae y disparates perpetrados por famosos en la televisión. He aquí una buena muestra.
Oído a Sofía Mazagatos: “Todavía no he encontrado la hormona de mi zapato”.
Dicho por María José Galera (Gran Hermano): “Por favor, endereza tú la ensalada”.
Frases de Terelu Campos: “La aspirina fluorescente es más rápida y eficaz”; “Vino la guardia civil y levantó apestado del accidente”; “Estoy tomando cláusulas para la tos”; “No te imaginas lo que duele un cólico frenético”.
Perlas de Malena García: “Huele bien porque pongo ausencia de calisto” (esencia de eucalipto); “Para ver lo que tenía, me hicieron una redundancia magnética”; “Aunque fue un accidente muy grave, no le quedaron espuelas”.
Habla Rocío Jurado: “A mi marido le gusta ir muy alicatado” (acicalado);
“Echaron por la tele un partido de fumtbol indefinido vía salitre”; “De primer plato tenemos bisesuá” (vichyssoise); “Es un reloj de acero inexorable”; “Llovía que parecía el Danubio universal”.
Ay, esa lengua de Yola Berrocal: “¡Qué calor, qué soborno!”; “No es para rascarse las vestiduras”; “Ni lo sé ni falta que me importa”; “Vamos, hale, que es gerundio”.
Antología de la Pantoja: “Mi hija es muy pequeña aún, traerla al Rocío es muy premeditado”; “Le dio un simposium de corazón”; “Le tocó la lotería y ahora vive como un majara”.
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