Abr 27
HISTORIA CUANDO MENOS CURIOSA DE CIERTOS PALABROS O VOCABLOS DE ESTABLO
EN Q. P., tan pegados a la actualidad como estamos, creemos que Jesús Gil y Gil, Primero de Marbella, fue un gran constructor de palabras, más que inventor, porque lo suyo tenía mucho que ver con el ladrillo y su ciencia, a gran escala. Todavía nos acordamos de aquella frase, legendaria ya, sobre Quique Setién y su afición a las mujeres “ostentóreas”. Como en este país, la envidia es mucha y mala, además de insana, al difunto Gil y Gil le han salido imitadores. Hace unos días, mientras se celebraba la final de la Copa del Rey entre el Getafe, que debe de ser un club que vuela muy alto, por eso de la tradición aviadora, y el Valencia, a una escuchada periodista se le ocurrió decir que “había crepúsculos animando en el campo”. Los crepúsculos, más tarde, volvieron a su ser gropuscular. Hay bares, en esta ciudad aficionada al buen yantar, que ofrecen unas apetitosas “albóndigas” y unas deliciosas “cocretas”. Y gente aquejada de “almorroides”, que toma aspirina “fluorescente” para aliviar el dolor, la hay mucha. Un señor, padre de familia, se supone, recomendaba a su vástago mirar el “candelario” para saber el día en que se vive. Un amigo comentaba a otro que hubo un accidente y que vinieron los municipales a levantar el “apestado”. Hay otro, compañero de fatigas, que toma “clausulas” para la tos, y reconoce sin falsa modestia que le van bien. Conocemos, de oídas nada más, a un escritor que quiere pasar a la “prosperidad”. Como todos, suponemos. Y es que estos asuntos suenan a “chamusquina”, y no se pueden pedir peras al “horno”, que tampoco está para “hoyos”. Los palabros, ya se sabe, surgen siempre de “improvisto”. Hay que tener ojo “aviador”, para no confundirse en el intento.
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