Feb 25
El El Semanal del pasado domingo(17/02), el escritor Pérez Reverte se quejaba de aquellos lectores que escriben al autor para denunciar los gazapos o errores que han podido deslizarse en las páginas de sus libros. Sucede que, si a aquéllos les asiste una recta intención o ese deseo de que los textos resulten cercanos a la perfección, las advertencias se agradecen. Pero, en muchos casos, estos entomólogos del libro lo hacen por prurito profesoral o por las ganas de dar la lata. Un libro, Sr. Reverte -y usted lo sabe porque ha navegado mucho- es como un mar proceloso. Bogando en él, uno se arriesga a recibir alguna que otra espumilla o salpicadura. Humanos somos. Y como decía una amiga mía también metida en parecidos ajos: “Nada tiene derecho a ser perfecto”.
Llueve
Hace 2 días
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