Julia Sarabia, desde
Elorrio, nos dice:
Me gusta vuestro blog, pero me he dado cuenta que no habláis de temas políticos, que hoy están en boca de todos, son guays, y más aún viviendo en Euskadi. (¿Es que tenéis miedo a ser “políticamente incorrectos”?)
(Pues no, bonita -contestamos-. Redaños no nos faltan. Ocurre que éste es un blog literario con alguna concesión a lo social y deportivo, y cortesías, si bien no extensas ni profesorales, hacia el mundo de las Bellas Artes. Si hacemos algún comentario que pudiera entenderse como político, es que se nos ha escapado, como un viento. Y pedimos perdón.)
Cuca Santoro, desde
Orense, escribe:
Si, según nuestra nueva jurisprudencia, un bofetón del marido a la mujer tiene mayor castigo que otro bofetón de la mujer al marido, ¿no será porque los hombres tienen la cara más dura? Y me pregunto también, con algo de zozobra, si el castigo será proporcional al tipo de artilugio empleado para asestar el golpe. Yo tengo, además de mis dos manitas, el rodillo del pan, la plancha, el mango de la fregona, los zapatos de tacón, la escobilla del wáter y un trozo de barra del tendedero. ¿Hay algo estipulado que me saque de la mentada duda y deje así de atormentarme?
(Mire usted, doña Cuca. Atízele con ganas y déjese de otras historias. Seguro que él se lo merece. Además, siempre podrá usted argüir, ante el juez, maltrato psicológico).
Rosa Ricci desde
Arenas de San Pedro, nos regaña:
Me parecen ustedes, los de Q.P., con todos los respetos, un poco gilipuertas. Se meten con todo el mundo, como si ustedes estuvieran libres de pecado. Y las palabras que recomiendan no las emplea ni mi novio, que es todo un licenciado. La paja en el ojo ajeno, ¿no?
Fátima Vallespí, desde
Ceuta, escribe:
Ya sé por qué la tarifa nocturna de la luz va a incrementarse pronto un setenta por ciento. Se tratará de iluminar “la España de colores” que nos prometen desde el Gobierno.
Federico Robles, desde
Lavapiés (Madrid) nos dice:
¡Qué susto el de Ramón María del Valle-Inclán si levantara la cabeza! Se daría cuenta de que sus esperpentos no eran nada comparados con mucho de lo que hoy se ve en este país.
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