Feb 20
“Se levantó la brisa y acampó entre los helechos de los bordes; acampó entre las enaguas de Tere y pretendió levantarle las faldas, pero ella tenía manos y lo impidió, garbosa, limpia, apresuradamente. Renunció. Infló tu camisa, pero tú dejaste que la inflara y sentiste el frescor por los pelillos incipientes del pecho; la giba de aire fresco te venía bien, no te quitaba salud y te brindaba un poco de alegría.“Había que regresar, ya era hora, por el mismo camino sin cuestas, saltar el cerquillo de piedras, al otro lado de la culebra, hacia la música, desventrada, los intestinos al aire, que poco a poco iba oyéndose mejor, sin violencia, rasponazos, y al distinguirse las palabras del cantante se agazapaba en ti la náusea; pero seguías adelante, en busca del altavoz, de la argolla, las lecheras de aluminio, la higuera, de la partida de ajedrez, la décima o la undécima, de los que habían despertado de la siesta y poblaban la terraza; en la cocina del bar amasaban harina, hervía y humeaba el aceite para freír churros; molían el café. El sol ya no tenía dientes; arrancados por alguna misteriosa tenaza de dentista o adormecidos a fuerza de pasodobles, charangas, de frituras y de perritas, ay Campanera.“Tere se separó de ti al abordar los escalones de ladrillo. Poco después sus pechos, apenas maduros, rozaban indiferentes las costillas de un ex durmiente, recién peinado, mojado, repuesto del cansancio de la playa. A veces se apartaban sin soltarse y hablaban. Tere le sonreía. Volvían a unirse; dejaban de hablar; hablaban otra vez.“Al acercarse a la partida oíste decir: -Jaque.(Y el otro tío dice, exclama, se sorprende):-¿Eh, cómo, cómo? ¡coño!Se oyó una risotada.Y uno de ellos dio largas chupadas a la pipa…”
Héctor Vázquez Azpiri: Fauna (Alfaguara).
Llueve
Hace 3 días
No hay comentarios:
Publicar un comentario