domingo, 9 de noviembre de 2008

Día de Difuntos (Hallowen)


Pasó el día de los difuntos con su cielo azul de eternidades y un viento que movía las hojas secas y el espíritu del ciprés. Las flores estarán ya decaídas, mojadas por las últimas lluvias; serán, una vez más, una metáfora de lo efímero.

Y pasó Hallowen, con sus niños alegres en la parodia de los terrores infantiles y del horror tomado a chanza. Las calabazas iluminadas esperarán otro año para darnos su escalofrío, su miedo chiquitín, sus sonrisas iluminadas y rígidas. Está el otoño ya mediado.

Y uno no puede evitar el recuerdo de los versos de aquel poeta andaluz: “Cuando termine la muerte, si tocan a despertarse, a mí que no me despierten…”.

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