Llegan
alarmantes noticias. Arrasaron
el huerto de Mecenas; dos pretorianos fueron
muertos en la Suburra; en la marca de Tréveris
mancillaron un lábaro; los cántabros hostigan
beligerantes. Nada
pasará. Son fantasmas que intentan inquietarlos,
como si ellos no fueran una casta gloriosa,
inasequible al desaliento. Y oran
a su desalentados
dioses, y se confortan con ungüentos
de memorias felices.: Mucio Scaevola, Publio
Cornelio, Octavio, Tito:
toda la larga serie de los héroes repletos
de poder, no borrados
triunfos donde el laurel se prodigaba
y la lluvia de pétalos de rosa.
Grande es la patria, y ellos
los que la hicieron, los que derribaron
vallados que acotaban modos de ser prescritos,
setos tribales, muros
incluso, protectores de gentes desprovistas
de afán dominador. Suya es la patria
hecha a su gran medida, y son los padres
que la defenderán. No, no hay galernas,
sino barcos que pueden; no hay riadas,
sino diques que saben
contener. Llegan nuevas
adversas. Son el rayo y pedrisco,
la marejada, el viento
desatado, la peste,
el hambre; fuerzas todas
sin alma ni razón. El oficiante
entona el Carmen secular. Transidos,
proclaman que jamás se verá nunca
algo mayor que Roma.
Alfonso Canales (Málaga, 1923)
Alfonso Canales es un poeta contemporáneo realmente notorio y miembro correspondiente, por Andalucía, de la Real Academia Española. En su poética hay una marcada preocupación metafísica, existencial y religiosa, enmarcada en una rigurosa tradición cultural.
Señalemos su lírica: Sobre las horas (1950), El candado (1956), Cuenta y razón (1962), Aminadab (1965), Port-Royal (1968), Gran fuga (1970), Reales sitios (1970), Réquiem andaluz (1972), El año sabático (1976), El canto de la tierra (1977), El Puerto (1979).
Recibió en el año 1965 el Nacional de Literatura y, en 1973, el Premio de la Crítica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario