METAMORFOSIS
Era un cautivo beso enamorado
de una mano de nieve que tenía
la apariencia de un lirio desmayado
y el palpitar de un ave en agonía.
Y sucedió que un día,
aquella mano suave
de palidez de cirio,
de languidez de lirio,
de palpitar de ave,
se acercó tanto a la prisión del beso,
que ya no pudo más el pobre preso
y se escapó; mas, con voluble giro,
huyó la mano hasta el confín lejano,
y el beso, que volaba tras la mano,
rompiendo el aire, se volvió suspiro.
Era un cautivo beso enamorado
de una mano de nieve que tenía
la apariencia de un lirio desmayado
y el palpitar de un ave en agonía.
Y sucedió que un día,
aquella mano suave
de palidez de cirio,
de languidez de lirio,
de palpitar de ave,
se acercó tanto a la prisión del beso,
que ya no pudo más el pobre preso
y se escapó; mas, con voluble giro,
huyó la mano hasta el confín lejano,
y el beso, que volaba tras la mano,
rompiendo el aire, se volvió suspiro.
¿Qué proponen los lectores y lectoras de nuestra bitácora? Ánimo, esperamos vuestras propuestas.
4 comentarios:
Yo os ofrezco este sugerente poema de nuestra colaboradora mexicana Alma Cervantes :
EN DONDE SE DESPIERTAN TUS BESOS
Escucha el canto aturdido de mis labios
cuando brota el silencio sin medida
y vaciamos el vino de pasión
en las copas de caricias encendidas.
¡Vehemencia de poseer tu cuerpo!
Afiebrados deseos de mi boca.
Escucha el rumor que se escapa
en el valle de todos mis deseos
que embriagados se mezclan con tus ojos
en mudo testigo de ardientes sensaciones
sonrojando el anhelo en llamaradas
seduce nuestras pasiones incendiarias.
¿Lo sabes?
Desde aquella noche
no olvido las estrellas en tu cielo
que extasiadas de amor y gran recelo
observaban...¡Cuantos besos inventamos!
Encendiendo la luz del firmamento
en derroche de todos los antojos.
Tu lo sabes en éxtasis de locuras
en mis sábanas sonrojadas de los sueños,
en rojo carmín de los desvelos
y ceñidas al roce de caricias
sellaron en perlas de celestes besos
a tus manos despiertas en mi cuerpo.
Alma Cervantes
POR QUÉ ERES TAN LINDA, AMOR?
Por qué eres tan linda amor?
tu sola imagen me abrasa
es un fuego que no cesa
es algo que me consume
por dentro, en mi interior
siento ese calor tan intenso
que me consume y te quiero
para apagar el dolor
que me produces inmenso
y que quema con llamas
que arden en mi corazón.
Apágame ya ese fuego
con tu beso enamorado
que una vez apagado
tan solo preguntaré
por qué eres tan linda amor?
Yo dejo este hermoso poema titulado Besos Dormidos de Francisco Alvarez
Vendrán los besos, y traerán silencio,
y nos preguntaremos quiénes somos,
dónde nos conocimos, qué buscamos,
y tal vez nos respondan nuestros ojos,
ignorantes del miedo a la palabra,
pues la verdad les grita desde el fondo.
Y al mirarnos, habrá una luz recóndita
de tibio colorido melancólico,
que abrirá perspectivas imprevistas,
y que será en sí misma testimonio
de algo que fue, que ya es insostenible,
tan quimérico como el unicornio.
Ayer los besos, aunque amortiguados,
llevaban un clamor de intenso gozo,
entretejían lágrimas y risas
en verdes primaveras y en otoños,
calendario de pétalos dormidos,
dormido el tiempo sobre nuestros rostros.
¿Qué sucedió? Tal vez una mañana,
a la orilla del río, entre los olmos,
se despertó la niebla del cansancio,
y repobló el paisaje de abandono.
Y los besos se fueron marchitando,
sin casi percibirlo, sin sollozos.
Y hoy sólo son costumbre, su arrebato
en retirada triste, sin retorno.
Es hora de partir; se fue la magia,
el temblor está en calma, el amor prófugo,
los besos silenciosos, tan dormidos
que no despertarán…, como nosotros.
Vaya para todos vosotros este poema de josé manuel caballero bonald, poeta andalud, Premio Nacional de Poesía en 2006 :
Ceniza son mis labios
En su oscuro principio, desde
su alucinante estirpe, cifra inicial de Dios,
alguien, el hombre, espera.
Turbador sueño yergue
su noticia opresora ante la nada
original de la que el ser es hecho, ante
su herencia de combate, dando vida
a secretos cegados,
a recónditos signos que aún callaban
y pugnan ya desde un recuerdo hondísimo
para emerger hacia canciones,
puro dolor atónito de un labio, el elegido
que en cenizas transforma
la interior llama viva del humano.
Quizá solo para luchar acecha,
permanece dormido o silencioso
llorando, besando el terso párpado rosa,
el pecho triste de la muchacha amada;
quizá solo aguarda combatir
contra esa mansa lágrima que es letra del amor,
contra
aquella luz aniquiladora
que dentro de él ya duele con su nombre: belleza...
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