Dar cuerda a alguien: Otorgarle mayor libertad a una persona, al igual que cuando a un animal atado se le alarga la cuerda que lo retiene para que pueda moverse una mayor distancia, sin necesidad de abandonar el lugar. No debe confundirse con dar manija a alguien, aplicada para significar que se está azuzando a una persona para que reaccione contra otra, con motivo o sin él o para que crea lo que otra quiere que crea.
Dar gato por liebre: Antiguamente, las hospederías gozaban de una dudosa fama, sobre todo en materia de viandas. La literatura está plagada de alusiones a este particular. Entre otras acusaciones, los venteros eran a menudo sospechosos de echar un asno en adobo y venderlo como ternera, y de servir platos cuyo contenido no se sabía si era conejo, liebre, cabrito o gato. Era tanta la desconfianza en estos establecimientos que llegó a hacerse habitual entre los comensales la práctica de un conjuro previo a sentarse a comer. Puestos de pie, los clientes recitaban así delante del asado:
"Si eres cabrito, mantente frito; si eres gato, salta del plato."
Una de las estafas más comunes era dar carne de gato por la de liebre. De ahí que este dicho se utilice cuando se intenta engañar en la calidad de una cosa por medio de otra inferior que se le asemeja.
Dar vuelta la página: Soslayar, olvidar algo, pasar a otro tema, como cuando alguien realmente da vuelta a la página de un libro y deja atrás lo leído.
Darles margaritas a los cerdos: Frase bíblica (Evangelio de San Mateo, VII, 6) que significa desperdiciar cosas buenas en personas que no lo merecen. En realidad, ha habido un error de traducción del latín al castellano, ya que la palabra original es «margaron», que equivale a «perla» (de ahí, «margarina», por el color), de manera que la expresión real es darles perlas a los cerdos, que indudablemente, sería un desperdicio mayor que si les diésemos simplemente margaritas.
De enero a enero, la plata es del banquero: Frase de advertencia para el apostador en cualquier juego, a través de la cual se asegura que, al cabo de los doce meses de un año, la ganancia será siempre para la banca, aunque algún apostador afortunado pueda -circunstancialmente- obtener alguna ganancia.
De buten: Equivale a "excelente, lo mejor de su clase" y proviene de la antigua expresión da buten o da buti. Podría derivar del alemán gut, buten (bueno) o del latín butyrum (manteca, nata). En la Argentina, el pintoresco lenguaje lunfardo ha acuñado la expresión bien debute, muy utilizada por los escritores de letras de tango, con el mismo valor.
De golpe y porrazo: De improviso, precipitadamente, sin reflexión, de pronto.
De la noche a la mañana: Hacer algo sin previo aviso; sorprender por lo inesperado de una resolución, como si uno se acostara con una idea y amaneciera con otra.
De noche, todos los gatos son pardos: La vista humana suele engañar al hombre, sobre todo en la oscuridad. Por eso, la advertencia manifestada a través de esta comparación que es muy real.
De par en par: Locución adverbial que expresa la idea de puertas completamente abiertas, sin impedimento ni obstáculo que estorbe el paso.
De Pascuas a Ramos: La expresión alude a la festividad de la Pascua de Resurrección, también conocida como Pascua florida, que tiene lugar una semana después del Domingo de Ramos. Por tanto, entre ambas festividades media un lapso de un año menos una semana. Es por ello por lo que se dice 'de Pascuas a Ramos' cuando un suceso acontece muy de vez en cuando.
Por similares razones se dice el modismo 'de higos a brevas', ya que es sabido que la higuera da primero brevas y, acabadas éstas, después de un largo tiempo, los higos.
De pe a pa: Totalmente, sin dejar nada por hacer.
De perillas: Que viene justo, oportunamente. La locución alude a la perilla o parte superior del arco formado por los fustes de la silla de montar.
De siete suelas: Locución que equivale a "fuerte, sólido" y es usada, particularmente, en la expresión pícaro de siete suelas ya que alude a la fortaleza que debería de tener un calzado hecho con una base de siete suelas.
De puño y letra: Sirve para adjudicar la autoría de un escrito, al expresar que está hecho por la mano del que lo escribió o firmó.
De tal palo, tal astilla: Se usa para realizar una comparación entre integrantes de una misma familia y, por lo general, es utilizada para justificar los defectos y virtudes de un/a hijo/a respecto de su padre/madre y otros familiares. El origen sería la frase a tal padre, tal hijo, incluida por Petronio en su "Satyricon, 58", sentido que el refrán en inglés reproduce literalmente.
De todo, como en botica: Significa que hay variedad, provisión o surtido de varias cosas, como en las antiguas "boticas" (almacenes) de España, en las que había toda clase de artículos. Para otros, "botica" era el nombre dado en Sevilla a las casas de citas en las que, por un lado, se vendían remedios y por otro, había de todo.
Deberle a cada santo una vela: Ser deudor de muchas personas. La comparación surge de la costumbre de algunos creyentes católicos de formular promesas a distintos santos, consistentes en el encendido de velas a cada una de las imágenes.
Decíamos ayer... : Frase pronunciada por el poeta español fray Luis de León, luego de salir de la cárcel después de cinco años de castigo y al reanudar sus clases en la Universidad de Salamanca. La locución se utilizaba irónicamente.
Defensa numantina: Cuando alguien realiza una defensa absoluta de una persona o situación hasta las últimas consecuencias, de palabra o de obra, se dice que ha llevado a cabo una defensa numantina.
El origen de esta expresión se halla en las llamadas genéricamente guerras de Numancia, que se mantuvieron contra Roma entre los años 143 a 133 a. de C.
Numancia era una antigua ciudad de Celtiberia, y más tarde de la provincia romana tarraconense. Sus minas están situadas en el cerro de la Muela o de Castro, a 7 kilómetros de la ciudad de Soria.
Al mando de un ejército perfectamente adiestrado en los llanos de Urgel, Publio Escipión Emiliano se apoderó de Tierra de Campos y posteriormente cercó Numancia, rodeándola con zanjas y empalizadas, tras las que levantó una muralla de piedra. Incapaces de romper el asfixiante cerco del enemigo, los numantinos propusieron una paz honrosa, que fue rechazada por Escipión. Ante la negativa, los habitantes de Numancia prefirieron morir unidos y libres antes que caer en manos del enemigo.
Dejar con un palmo de narices: Sorprender a alguien, chasquearlo, privándolo de algo que esperaba conseguir.
Dejar de plantón: Dejar esperando a alguien; no acudir a una cita. El "plantón" era un soldado o integrante de una fuerza del orden que hacía guardia en un puesto y, por extensión, toda persona que ejercía la vigilancia de la puerta de un edificio. La comparación surge porque, al estar tanto tiempo apoyado sobre las "plantas" de los pies, la persona parecía estar echando raíces en el lugar.
Dejar en la estacada: Abandonar a alguien, en una situación comprometida, que puede ser un negocio o un peligro grave. El dicho proviene de la época en la que se llevaban a cabo -en unos terrenos circundados por "estacas"- desafíos solemnes, torneos, justas y juegos en los que el participante perdía o moría en ellos.
Del agua mansa líbreme Dios que de la brava me libro yo: Se pide ayuda al Señor para librarse de los problemas aparentemente menores, debido a que por lo general, uno suele ocuparse de aquellos que por su magnitud presentan más dificultad.
Del dicho al hecho hay un largo trecho: Es el proverbio que -en su primera parte- da título a nuestro libro y en él, se manifiesta la diferencia que existe entre hacer las cosas y decirlas.
Derecho al pataleo: La última oportunidad que le queda a quien se siente defraudado en sus derechos: protestar y protestar... acción expresada metafóricamente a través del verbo patalear.
Descubrir el pastel: Se utiliza para expresar que una cosa que se procuraba mantener oculta salía a la luz.
El origen de la expresión también podría ser otro relacionado con los naipes, ya que el vocablo pastel define "una fullería en el juego que consiste en barajar y disponer los naipes de modo que se tome el que los reparte lo principal del juego o se le dé a otro su parcial".
Despedirse a la francesa: Durante el siglo XVIII había entre las personas de la alta sociedad francesa una moda que consistía en retirarse de un lugar en el que se estaba realizando una reunión o velada, sin despedirse, sin siquiera saludar a los anfitriones. Llegó a tal punto este hábito, que era considerado un rasgo de mala educación saludar en el momento de la partida. No se objetaba, por ejemplo, que la persona mirase el reloj para dar a entender las circunstancias por las que ella debía retirarse, pero de ninguna manera se veía con buenos ojos que el asistente saludase antes de ausentarse. Esta costumbre, en Francia dio origen al dicho sans adieu (sin adiós), que el lenguaje coloquial español acuñó en la forma "despedirse a la francesa", pero en este caso como equivalente de reprobación del comportamiento de alguien que, sin despedida ni saludo alguno, se retira de una reunión.
Destapar la olla: Descubrir una verdad que permanecía oculta por intereses personales, como quien destapa una olla y, a causa de la fuerza del vapor de su contenido, éste surge salpicando a quien la destapó.
Desvestir a un santo para vestir a otro: Habla de las penurias que pasan algunas personas que, para cumplir con alguien, deben dejar de hacerlo con otro.
Diamante en bruto: Ser algo o alguien con muchas posibilidades, pero no estar listo todavía para desarrollar una función, actividad o profesión, por falta de educación, roce o experiencia. El diamante tiene más valor cuando está labrado que cuando es bruto.
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