Echar agua al mar: Hacer algo inútilmente, sin resultado positivo o dar algo a quien tiene abundancia de ello. La versión en inglés habla de llevar carbón a Newcastle, en alusión a la ciudad inglesa de Newcastleupon- Tyne, activo puerto exportador de hulla. En España, dicen llevar hierro a Vizcaya, haciendo referencia a la ciudad vasca, famosa por su actividad en la industria siderúrgica.
Echar leña al fuego: Expresa la idea de fomentar las discordias con comentarios que no hacen más que agravar la situación, como si echáramos leña al fuego o, como dice su versión en inglés, «agregar combustible al fuego».
Echar una cana al aire: Equivale a divertirse, con cosas propias de la juventud, aunque la persona sea muy madura, debido a que se alude -metafóricamente- a la acción de arrancarse las canas, para parecer más joven, y tirarlas. Últimamente, con las facilidades que dan los adelantos en materia de embellecimiento, es mucho más fácil teñirlas que arrancarlas... y es mucho menos doloroso.
El amor todo lo puede: Frase del poeta Virgilio, en sus "Églogas", en la que hace referencia a la tiranía del amor en los dioses y en los hombres y que también se aplica a la dulzura y la caridad.
El año de la polka: La Polka es una danza de origen polaco, que se puso de moda en los salones europeos y fiestas de sociedad durante el primer tercio del siglo pasado. Por ello, al decir que algo es "del año de la Polka", queremos indicar que una cosa es vieja o está pasada de moda.El apetito viene comiendo: Cuando alguien no tiene deseos de comer, se dice que la mejor manera de provocar el hambre es, precisamente, ingiriendo comida.
El baile de San Vito: Enfermedad infecciosa convulsiva que afecta a los niños. Se rezaba a este santo, que también sufrió convulsiones, implorando la curación.
El camino del Infierno está lleno de buenas intenciones: Todos hemos tenido buenas intenciones, pero no siempre las hemos llegado a concretar, han quedado en el camino del éxito y la consolidación.
El canto del cisne: Se refiere a la última obra o actuación de una persona. A pesar de que el cisne no canta nunca -lo más emite un ronquido sordo- existe una leyenda antigua que afirma que emite el canto más melodioso como premonición a su propia muerte, según relata Marcial y el poeta Virgilio.El capitán Araña: El dicho completo dice así: Ser como el capitán Araña, que embarca a la gente y se queda en tierra. Se utiliza para calificar a la persona que implica a los demás en un asunto en el que no está dispuesta a participar. El origen de esta frase hay que buscarlo en la figura del capitán Arana o Aranha, un personaje del siglo XVIII que recorría el litoral de la península Ibérica con la intención de reclutar gente con destino a las colonias de América para luchar contra los insurrectos, sin que él emprendiera viaje alguno hacia el Nuevo Continente.
El casado casa quiere: Quien ha logrado formar una familia, pretende vivir con ella y solo ella en su propio hogar.
El chocolate del loro: Una familia aristocrática que quiso reducir gastos llegó a la conclusión de que sólo se podía ahorrar la ración de chocolate del loro.
El cliente siempre tiene razón: Proverbial frase que establece la verdadera esencia de la relación comercial en la sociedad de consumo, por la cual el vendedor o empleado de un comercio debe dar siempre la razón al cliente, aunque éste no la tenga.
El comer y el rascar, todo es empezar: Antiguo proverbio que destaca la característica de estas acciones propias del ser humano. En ambos casos -comer y rascarse- todo es cuestión de empezar; una vez iniciada la acción, no se puede detener. La frase se aplicaba en los casos en que se producía cualquier clase de exceso.
El Diablo hace la olla, pero no la tapa: Advertencia a aquellas personas involucradas en un escándalo, por la que se aclara que una vez que se halla envuelto en él, no es fácil ocultar la relación, tal como sucede con una olla a la que no se le ha colocado la tapa y todo lo que contiene está a la vista.
El Diablo sabe por Diablo pero más sabe por viejo: Es útil la capacidad en determinada actividad, pero es mucho más provechosa la experiencia que se tenga en la vida.
El dinero llama al dinero: Frase que asegura que la gente que posee mucho dinero, por lo general, tiene éxito en los emprendimientos comerciales y, de esta manera, sigue acrecentando su fortuna.
El dinero no hace la felicidad: Una vieja aseveración que día a día parece alejarse de la realidad. Tanto es así, que la frase suele ser completada con afirmaciones del estilo de ...pero calma los nervios, o ...pero ayuda a conseguirla.
El espectáculo debe continuar: Frase originada en el show business por la cual se exalta el espíritu de los artistas del espectáculo quienes, a pesar de los dolores físicos y espirituales que padecen, deben sobreponerse y continuar con su tarea de divertimento para los demás. La expresión suele aplicarse, por extensión, en otros ámbitos.
El éxito tiene muchos padres; el fracaso es huérfano: Cuando se logra un triunfo, muchas son las personas que se adjudican el mérito de haberlo obtenido, pero cuando sólo se consigue un fracaso, nadie reclama su autoría.
El fin justifica los medios: Frase atribuida a Maquiavelo, que resume toda su doctrina política.
El fuego todo lo purifica: Desde tiempo inmemorial, se sabe que la acción del fuego elimina toda clase de gérmenes.
El hábito no hace al monje: Por más que una persona trate de lucir como alguien que no es, no puede disimular su propia imagen. Una persona no puede, con sólo vestir un hábito, pretender ser monje.
El hilo se corta por lo más delgado: Cuando un hilo o una soga se cortan naturalmente, el corte se produce en la parte más delgada. Lo mismo, cuando se deben tomar medidas en determinada circunstancia de la vida, siempre el afectado es el más débil.
El hombre propone y Dios dispone: Según este proverbio de la obra "Imitación de Cristo", no podemos, desde nuestra mortal falibilidad, disponer indiscriminadamente acerca de obras y personas, sin tener en cuenta la decisión final del Creador.
El horno no está para bollos: No es el momento apropiado para hacer o decir algo, es más, podríamos decir que es el menos indicado. La comparación surge de la baja temperatura que debe tener el horno para cocer bollos o tortas pero, al ser tan "caliente" la situación que se vive, se dice que el horno no está -efectivamente- para recibir bollos.
El huerto del Francés: Este dicho se refiere a los asesinatos que en el pueblo cordobés de Peñaflor llevaron a cabo Juan Aldije, alias el Francés, natural de Agen (Gascuña) y José Muñoz Lopera, natural del lugar de los incidentes.
El huerto del Francés era una casa vivienda, con cuadras, corrales y un huerto de 2 fanegas de tierra, situado a las afueras de Peñaflor. Entre los años 1898 y 1904, el Francés y su compinche asesinaron en dicha finca a 6 personas, cuyos cadáveres enterraron en el huerto.
Lopera elegía a las víctimas en las timbas de las ferias y diversas capitales. Intimaba con ellas y les proponía el negocio de desplumar, a medias y con ciertos engaños, a un francés rico -papel que asumía Aldije- que vivía en una finca de Peñaflor. Los engañados llegaban de noche al pueblo cordobés, en cuya estación le esperaban la pareja de estafadores. Una vez en la finca, el Francés daba muerte al huésped golpeándole con una barra de hierro en la cabeza. Después le robaban sus pertenencias y enterraban el cadáver en el huerto.
Los crímenes salieron a la luz en 1904. Aldije y Lopera fueron agarrotados en la cárcel sevillana del Pópulo el día 13 de octubre de 1906. El proceso judicial fue seguido con gran expectación en toda España y de aquel acontecimiento surgió el dicho 'eso es el huerto del Francés'. Éste designa los lugares donde roban a la gente o donde se cometen crímenes para robar.
El mismo perro con distinto collar: Frase que da a entender que sólo cambia la apariencia de las cosas, pero no su esencia. Según algunos, el origen dataría de la época de Fernando VII quien, mientras presidía un desfile militar, alcanzó a distinguir entre los soldados a antiguos milicianos que acababan de ser licenciados, por lo que se dirigió a su asistente y le dijo: "Pues, hombre, son los mismos perros con distinto collar".
El mismo que viste y calza: Frase con la que se corrobora la identidad de la persona que habla o de quien se habla.
El movimiento se demuestra andando: La frase expresa que llega un momento en que sobran las palabras y hay que pasar a los hechos y es atribuida al filósofo griego Diógenes, el Cínico, quien la habría pronunciado ante Zenón de Elea cuando éste negó ontológicamente el movimiento. En ese momento, Diógenes se levantó, se puso a caminar y dijo la frase.
El muerto se ríe del degollado: Frase festiva por medio de la cual a una persona que padece una desgracia se la compara con otra en igual o peor situación.
El mundo es un pañuelo: Es una expresión muy usada cuando se trata de un encuentro inesperado de dos o más personas en un lugar o cuando alguien se entera de una noticia en un sitio al que no se sospechaba que pudiera llegar la novedad.
El ojo del amo engorda el ganado: Conviene que cada uno cuide su propia hacienda; en la práctica, alude a la conveniencia de ocuparse personalmente de sus propios asuntos.
El patio de Monipodio: En Rinconete y Cortadillo, de Cervantes, el jefe del hampa sevillana recibía allí a los nuevos ladrones.
El pez grande se come al chico: Es una cruda realidad de la vida aplicada al ser humano. Al igual que los peces, los hombres tratan de imponer no sólo su fuerza física sino la económica ante el menos poderoso.
El que a hierro mata, a hierro muere: Proverbio entresacado del Evangelio según San Mateo, XXVI, 52, que bien podría ser una variante de ojo por ojo; diente por diente. La persona que ejerce la violencia termina por perecer de la misma manera.
El que busca, encuentra: Frase que estimula la perseverancia y aconseja que nadie deje de buscar, no sólo las cosas materiales, sino los logros más deseados.
El que calla, otorga: Parece ser el proverbio antónimo de todos los que sugieren no hablar demasiado, pero en este caso aconseja no permanecer callado ante determinada acusación debido a que el silencio puede ser interpretado como admisión de la culpa.
El que espera, desespera: Es un juego de palabras, por el que se expresa la idea de que la ansiedad, llevada al extremo, se convierte en desesperación. En este caso, "espera" y "desespera" no están presentados como simples antónimos, ya que "desespera" está relacionado con la "desesperación" y no con la "desesperanza".
El que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra: Frase de Jesucristo, tomada del Evangelio según San Juan 8, 7, que habría pronunciado el Redentor ante la turba que pretendía lapidar a una mujer acusada de adulterio, como si ellos estuvieran libre de culpa. La frase completa habría sido Aquel de vosotros que esté libre de pecado, que arroje contra ella la primera piedra". Con el correr de los siglos, la frase consolidó su vigencia y su uso se extendió a toda situación en donde quienes juzgan no están moralmente autorizados para hacerlo ya que, en muchos casos, son responsables de pecados muchos mayores que los que están juzgando.
El que guarda, tiene: Es una invitación al ahorro, única manera de tener asegurado un buen pasar en los tiempos de la vejez.
El que las hace las paga: Otra variante de ojo por ojo... o el que a hierro mata...
El que mucho abarca poco aprieta: La persona que emprende muchas cosas al mismo tiempo, no suele desempeñar bien ninguna de ellas: conviene dedicarse preferentemente a una sola.
El que mucho habla, mucho yerra: Advierte sobre la inconveniencia de hablar demasiado, debido a que cuanto más se habla, más oportunidades hay de equivocarse.
El que no arriesga, no gana: Es una invitación a la audacia, a encarar emprendimientos, incluso a pesar de que -en algunos casos- lo aconsejable es la prudencia.
El que no corre, vuela: Expresión que hace referencia a la rapidez de las personas, no sólo respecto de su velocidad física, sino mental y la facilidad con que se desenvuelven en su profesión u oficio. Se podría complementar con frases hechas propias de los porteños, que justifican la velocidad de algunas personas: Fulano juega a la mancha con los aviones... Mengano les pone supositorios a las liebres, etcétera.
El que no llora, no mama... : Frase porteña, difundida en todo el país, extraída del estribillo del célebre tango "Cambalache", de Enrique Santos Discépolo, por la que se afirma que el hombre -al igual que los bebés, que tienen que llorar para indicar a su madre que tienen hambre- debe vivir reclamando lo que le pertenece. La frase termina diciendo... y el que no afana es un gil, en una velada crítica, no sabemos si a los que viven dignamente de su trabajo (¿gil?) o al que vive robando a los demás (¿el que afana?).
El que no quiera balazos que no vaya a la guerra: Si a alguno no le agradan ciertas cosas, debe evitar acudir al lugar en donde esas cosas suceden.
El que no tiene cabeza, tiene pies: Frase aplicada particularmente a la persona desmemoriada o de frágil memoria por la que se hace referencia a que, si se olvidó algo (no tiene cabeza) deberá ir a buscarla adonde corresponde (tiene pies).
El que pega primero pega dos veces: Sugiere tomar la iniciativa en todos los emprendimientos para obtener mayores beneficios.
El que quiera celeste que le cueste: Se aplica para justificar lo difícil de una empresa. La comparación surge con el viejo prejuicio de las tradicionales familias europeas de la inmigración, de considerar el nacimiento de un varón (por eso, el celeste) más promisorio que el de una niña.
El que quiera pescado que se moje el culo: Aquel que quiere obtener un logro o algo importante en su vida, debe esforzarse llegando incluso hasta el sacrificio. La comparación surge de la costumbre de pescar en los ríos con el agua hasta la altura de las nalgas, o bien, sentado en la playa, con lo que, en ambos casos, es inevitable mojarse las sentaderas.
El que ríe último, ríe mejor: Hace referencia a la ventaja de saber aguardar el momento de celebrar un éxito, ya que muchas veces se suele festejar algo antes de tiempo. La misma frase se aplica para quien festeja un triunfo prematuro, desconociendo que en el futuro él puede ser el derrotado.
El que roba a un ladrón tiene cien años de perdón: Frase que se usa para justificar la acción delictiva de alguien que comete una ilicitud contra quien es sospechado de haber cometido las mismas faltas.
El que rompe, paga: Frase familiar que transfiere la responsabilidad de la integridad de un objeto a quien lo está utilizando en ese momento, sobre todo, si se trata de un objeto de cierto valor.
El que se acuesta con chicos, amanece cagado: Advertencia a los mayores para que no encaren emprendimientos importantes con personas jóvenes y sin experiencia en una actividad. Existe una culta versión suavizada que dice el que con niños pernocta, excrementado alborea.
El que se quemó con leche cuando ve una vaca llora: Es una frase que destaca la experiencia de una persona que deberá capitalizar sus aciertos y errores.
El que se va sin que lo echen, vuelve sin que lo llamen: Cuando una persona renuncia de un cargo, sin haber tenido problemas, se dice que «se fue por la puerta grande», lo que le permite volver cuando lo desee y ser bien recibido.
El que siembra vientos cosecha tempestades: Las malas acciones y los odios suscitados tienen funestas consecuencias.
El que solo se ríe, de sus picardías se acuerda: Refrán que se aplica a la persona que -por lo general- suele sonreír cuando está sola o bien, mientras está en un grupo, pero del que parece haberse ausentado con la mente. Se supone que esa sonrisa le recuerda ciertas travesuras cometidas, que no se atreve (o no le conviene) comentar en público.
El sol sale para todos: Frase optimista que encierra una verdad indiscutida por la que, realmente, cuando el sol aparece en el cielo, se sabe que lo hace para todos sin distinción de ninguna clase. Con ella, se expresa que todos tenemos las mismas oportunidades en la vida. Similar interpretación tiene la oración aunque no lo veamos, el sol siempre está, popularizada por una canción de la cantante Marilina Ross.
En tiempo de vacas gordas: En El Génesis está escrito que una vez el rey de Egipto tuvo un sueño: vio cómo 7 vacas gordas eran devoradas por otras tantas muy flacas.
Al despertar el faraón, mandó llamar a todos los sabios, adivinos y agoreros egipcios, pero ninguno de ellos acertó a dar una interpretación satisfactoria de la pesadilla. En vista de lo cual mandó llamar a José, hijo de Jacob y Raquel, que se hallaba en prisión. Éste explicó que las 7 vacas gordas anunciaban abundancia, y las 7 escuálidas, otros tantos años de hambre y escasez. De este pasaje bíblico nace la expresión 'en tiempo de vacas gordas', para significar un periodo de abundancia, pero de precaria duración.
El tiempo es oro: Habla del valor del tiempo, sobre todo, cuando alguien no percibe la importancia que este tiene y lo pierde o, lo que es peor, lo hace perder a los demás.
El tiempo todo lo cura: Hay quienes afirman que, con el correr del tiempo, todo las heridas se curan, cicatrizan. Y hay quienes sostienen que lo mismo sucede con las cosas de la vida: con el tiempo, todo se olvida.
El tonto del bote: A mediados del siglo XX, se hizo popular en Madrid (España) un mendigo que tenía una forma peculiar de pedir limosna. De él habla Dionisio Chaulié en el libro Cosas de Madrid cuando se refiere a los pedigüeños de su época: "En Madrid los había tradicionales. Entre otros, un desgraciado imbécil a quien se le conocía con el nombre de Tonto del bote, porque recogía la limosna en un bote de suela que agitaba en la mano, sentado en una silla a la puerta de San Antonio del Prado. Aún me parece verle en sus últimos años, inmóvil, con su sombrero de alas anchas, su ropón o túnica parda, limpio, y lanzando a intervalos una especie de sonido gutural para llamar la atención de los transeúntes."
Se cuenta que en cierta corrida de toros, uno de los astados saltó la barrera y enfiló la Carrera de San Jerónimo. Al meterse en una de las calles transversales, el animal se topó de frente con el mendigo. Éste, desconociendo el peligro, permaneció inmóvil. El toro le olfateó despacio, dio un bufido y siguió su camino. Desde entonces, se recuerda la inmensa suerte que tuvo el Tonto del bote.
El vivo vive del zonzo y el zonzo de su trabajo...: Frase muy argentina que define la clásica «viveza criolla» por la que siempre habrá alguna persona que se aprovechará de otra. La frase original tiene un final escatológico: ... y la gallina de arriba caga a la de abajo, por la posición de estas aves en el gallinero.
El zorro pierde el pelo pero no las mañas: El zorro tiene la característica de padecer la caída del pelo y tan importante es esta particularidad que la enfermedad, en el hombre, se llama alopecia, tomada del griego "alops: zorro". La frase explica también que, por más que este animal pierda su pelaje, sus costumbres y mañas permanecerán inalterables. Lo propio sucede con el hombre.
Elemental, querido Watson: Frase que se supone utilizaba como muletilla el personaje literario Sherlock Holmes, dirigiéndose a su ayudante, el Dr. Watson, ambos creados por el escritor Sir Arthur Conan Doyle. El investigador Gregorio Doval sostiene (y de ahí, lo de "se supone") que en casi ninguna de las aventuras de Sherlock Holmes este personaje utiliza la frase, salvo en las primeras.
Empinar el codo: Todos sabemos que el acto de beber -no importa si con vaso, porrón, bota o botella- impone por lógica necesidad, el movimiento de levantar el codo hasta determinado nivel. De este simple y cotidiano hecho procede la locución peyorativa empinar el codo, lo que equivale a "alzar, levantar, aupar el codo" de manera que el líquido se precipite dentro de la boca con mayor facilidad. Por eso, la expresión se divulgó en el uso popular con el sentido metafórico de "tomar, beber en gran cantidad de cualquier clase de bebida alcohólica", o en otras palabras, ser considerado lisa y llanamente un borracho.
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