domingo, 26 de octubre de 2008

Noviembre

Pronto nos llegará noviembre con su día de Todos los Santos, de todos los muertos. Por estas latitudes y en esta fecha suele soplar el sur, muévense los cipreses, vuelan como ánimas las hojas secas y los niños buscan por el suelo de la necrópolis tximistarris: piedras de fuego que, al entrechocarlas, sueltan un relámpago dorado, una chispa de luz casi milagrosa. Negocio de las florerías y aluvión de gentes que, por lo que se ve, no han tenido tiempo en el resto del año de visitar a sus familiares desaparecidos. Llueve a veces. Y uno no puede menos de recordar aquellos versos de Cernuda:

- No es el juicio aún, muertos anónimos.

Sosegaos, dormid; dormid si es que podéis.

Acaso Dios también se olvida de vosotros. –

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