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Al salir de Cartagena cayó un marinero al agua,
Lucifer, que nunca duerme, contestó de la otra banda:
“Marinero, marinero, ¿qué me darás por salvarte?”.
“Te daré mis tres navíos y mis oros y mis platas.”
“Yo no quiero tus navíos, ni tus oros, ni tus platas;
yo quiero, cuando te mueras, que a mí me entregues el alma.”
“El alma la entrego a Dios y a la Virgen soberana,
el cuerpo para los peces y la sangre para el agua.”
1 comentario:
Este es un romance marinero muy antiguo, que quizás hayas oído como canción infantil. Yo lo aprendí como se deben aprender los romances: de labios de mi padre, aunque algo distinto:
Al salir de Cartagena cayó un marinero al agua
Lucifer, que nunca duerme, le gritó de la otra banda:
"¿Qué me das, marinerito, que me darás si te salvas?"
"Te daré mis tres navíos cargaditos de oro y plata".
Yo no quiero tus navíos, ni tus oros ni tus platas;
yo quiero que cuando mueras a mí me entregues el alma".
El resto igual.
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