La Verónica.Como premisa dejemos advertido desde el primer momento que, actualmente, la verónica no se lleva a cabo ni se concibe de igual manera que en otros tiempos. Ayer, la verónica sólo era concebida si se citaba al toro de frente y en la rectitud de su terreno, hasta tal punto que en alguna tauromaquia, como sucede en la de
Pepe-Hillo, se describe este lance en referencia exclusiva a la colocación del diestro al ejecutarlo, consignando que se llama verónica a aquella suerte que el espada realiza situándose con la capa rigurosamente frente al toro.
Su mecanismo es el siguiente : citado el toro en la forma explicada, se espera su arrancada y al llegar a la jurisdicción del diestro se alargan los brazos para prender en los vuelos del percal el ímpetu del animal, jugándolos seguidamente en la dirección en la que ha de darse la salida, cargar la suerte para alargar el lance y despedir al toro.
El mérito, la belleza y plasticidad de esta suerte, estriban precisamente en la dificultad y el riesgo que supone sacar al toro de un terreno que trae como suyo, haciéndole abandoner su camino y quebrar el viaje, y es obvio que en tal ejecución no podrá contar con la necesaria precisión para intentar un acortamiento de distancia. Sin embargo, es necesario que el toro pase completamente.
En la actualidad, el lance se lleva a cabo de muy distinta forma: el diestro cita de costado y fuera de los terrenos del toro, con lo que éste seguirá su propio camino. La verdad de este lance está en citar, aún de costado, cruzado el diestro con el toro. Que una cosa es
torear y otra muy distinta hacer oficio de guardabarrera.
Es en la
Tauromaquia de
Guerrita donde, rompiendo con la tradición, se define este lance con la innovación que supone advertir que el diestro podrá colocarse de costado. Sólo algún tiempo después se imprimira a esta suerte del toreo de capa toda la lentitud armoniosa y la emocionante belleza con que, a veces, aún (no falta quien afirme que mejor que nunca) se practica por algunos diestros.
Como queda indicado, la
verdad de la verónica está en cruzarse con el toro al realizar el quite. Al llegar el toro al terreno del diestro, lo prenderá éste en el percal y cargando la suerte y bajando los brazos, jugará éstos en dirección a la salida con temple y mando, hasta despedirlo en el remate de la suerte y dejarlo en disposición de repetir el lance . Tal habrá de hacerse sin pérdida del propio terreno, que esto y no otra cosa es ligar sin enmendarse. Naturalmente, las condiciones del toro determinan lo que deben alargarse los brazos y prolongarse antes de rematarlo. Aquellos toros pegajosos que se revuelven con rapidez a impulso de su codicia, habrán de ser llevados a más distancia, alargando los brazos y jugando el capote cuanto fuese posible para que pueda el diestro reponerse y recibirlo de nuevo. A los toros tardos y a los huidos, habrá que dejarlos muy cerca para no malograr la continuidad de los lances.
Todas las suertes del toreo constan de tres tiempos:
cite, reunión o conjunción y remate. Hagamos examen de aquella que estamos comentando en cada uno de sus tiempos.
El cite, ya lo hemos dicho, puede efectuarse de frente o de costado, pero en la rectitud del terreno del toro, que es como se realiza refiriéndonos al toreo verdadero. Desde dónde deba citarse, es cuestión que decidirá el estado y condición del toro. Sólo queremos advertir al lector de esa forma, tan al uso en estos momentos, de citar colocado el diestro tan de perfil y fuera del terreno del toro, que deslucen un tanto las suertes.
Hay autores que mantienen la teoría de que cuando se cita así , el toro pasa porque sí , sin ofrecer demasiado peligro para el matador por encontrarse colocado éste fuera de cacho. Por nuestra parte, no estamos en condiciones de afirmar tal teoría, ya que peligro existe en todo momento y, además, consultados la mayoría de los profesionales, éstos están de acuerdo, en todos los casos, cuando afirman que existe evidente peligro y que jamás se está fuera de cacho.
1 comentario:
Relatan las crónicas que "A lo largo de la historia del toreo, hubo algunos matadores que sobresalieron por su excepcional clase a la hora de interpretar la clásica y bella verónica: Algunos de estos maestros como por ejemplo MANUEL ESCUDERO o DOMONGO ORTEGA , tuvieron tanta fuerza en determinado momento que podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que, a partir de ese instante, sus nombres pasaron a la historia grabados con letras de oro (.....)
(.....) Otros matadores , como FRANCISCO VEGA de los REYES "GITANILLO", CAGANCHO, FERNANDO DOMINGUEZ, PEPE LUIS VÁZQUEZ, ANTONIO ORDOÑEZ O RAFAEL DE PAULA, se distinguieron por ser auténticos virtuosos y fieles intérpretes del toreo a la Verónica, lance que inventó COSTILLARES.
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