Don Melitón tenía tres gatos
y los hacía bailar en un plato,
y por las noches les daba jamón.
Que vivan los gatos de don Melitón.
Don Melitón, como eran tan chato,
todos le llamaban narices de gato,
pero los gatos se le han escapao
comiendo ratones a medio bocao.
Don Melitón está preocupado,
busca a sus gatos por viejos tejados,
ya ni siquiera si puede comer
porque sus gatos no viven con él.
Por la mañana, muy, muy tempranito,
llaman a la puerta esos tres gatitos.
Y don Melitón, en su camisón,
besa a los mininos con mucha ilusión.
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