Los sedentarios
Vivían en las riberas de una vía fluvial,
uno de los más grandes ríos, amplio y luminoso.
Y nunca abandonaban el lugar, pero veían sin embargo
toda la vida al norte y al sur,
las pesadas barcazas y las claras velas,
y la corriente, los remolinos y la luz,
y todas las mercancías que él deslizaba ante sus ojos,
entre ellos siempre algunos objetos grandes, extraños,
pero arrastrados tan lenta y claramente
que dejaban tras sí un recuerdo sin nombre.
Así la mercancía se quedaba a pesar de todo con ellos.
Y cuando un día se levantó un viento más fuerte
y llegaron estaciones sin que pasara un solo barco
permanecían allí como ciegos sus limpios, desorbitados ojos.
Lars Gustafsson (Trad. Justo Jorge Padrón).
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