Contestamos gustosamente a la consulta de un amable navegador que quiere poseer algunos datos del escritor Salvador García de Pruneda.
García de Pruneda nace en Madrid, en 1912. Pertenece, pues, a una generación en la que cabe destacar a otros narradores, como José Luis Castillo Puche (consultar blog), Ignacio Aldecoa (blog), Domingo Manfredi Cano, Susana March, Ana María Matute, Dolores Medio, Ángel Oliver o Elena Soriano.
Puede hablarse de Pruneda como de un intelectual. Licenciado en Filosofía y Letras y Derecho por la Universidad de Madrid, fue profesor de español en la Mill Hill School (Gran Bretaña) y diplomático. Vivió la guerra civil; defendió el Cuartel de la Montaña y fue gravemente herido, siendo ya capitán, en Cataluña.
La encrucijada de Carabanchel, su primera novela, que le valió el Nacional de Literatura, quiere ser un retablo, si bien levemente estructurado, de los años anteriores al Alzamiento, en un Madrid tristón, violento y frustrado, por donde desfilan estudiantes, intelectuales, políticos, obreros, artistas, aristócratas, buscones, mujeres de la vida, etc. Son notables, por su adecuado encaje, los tipos femeninos; así, Ana María, Fina o Sonia. En sus páginas, los personajes y su idiosincrasia tienen una importancia singular.
La soledad de Alcuneza, su segunda novela -acaso la mejor-, se mueve en un ambiente bélico y viene a mostrarnos el canto de cisne del arma española de Caballería, lo que emparentaría La soledad… con la novela más celebrada de Isaac Babel (blog). El crítico madrileño Antonio Iglesias Laguna (consultar Treinta años de novela española, 1938 / 68, Ed. Prensa Española, 1969) dice que en el relato aparecen “tipos espléndidos, vigorosamente diseñados, humildes y pretenciosos, valientes o cobardes, engreídos y achantados, hondamente humanos; y no maniquíes, como en otras novelas de guerra”.
Ambas novelas podríamos encasillarlas en lo que se ha llamado “realismo trascendido”.
La Tarde Ocre de Otoño
Hace 2 días
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