El haiku o haïkaï es una composición poética genuinamente japonesa, muy antigua, que posteriormente llegó a los países occidentales, donde los poetas se ejercitaron, con entusiasmo, en su elaboración. Es más, los poetas del movimiento “imaginista”norteamericano de la primera quincena del XX, como Aldington, Amy Lowelll, W.Carlos Williams y el mismo Pound se inspiraron con frecuencia en el hayku, y, con ellos, algo más tarde, los simbolistas.
El haiku es un poema muy breve, que encierra una idea básica o una imagen central como núcleo irradiador. Consta de tres versos; el primero y el tercero son pentasílabos; el segundo es heptasílabo. Hay una variedad de haiku llamado “tanka”, que añade, tras una línea en blanco, otro dos heptasílabos. Por lo tanto, el haiku queda configurado así: 5+7+5; y el “tanka”: 5+7+5 pausa, +7+7.
Nuestra compañera Soco, de Q.P., nos presenta, a modo de guía, un hermoso conjunto de haikus que ella titula Historias para niños con hambre.
Niño de humo.
Si tuviera la luna…
Niño de arena.
Pechos de madre,
si tuviera la luna
y alimentarte.
Calor de madre,
si tuviera la luna
para abrazarte.
Niño de humo.
si la luna tuviera…
Niño de arena.
Además, Soco nos deleita con un poema que, sin ser un haiku, conserva algo de su espíritu: Tareas domésticas.
Escribo.
Pienso.
Limpio.
Escucho jazz. Cocino.
Pongo la lavadora.
A cada rato pienso:
¿Qué hora es?
¿Me queda tiempo?...
Escribo.
Me crecen alas.
Me crecen zarpas.
Cogeré el espejo de la mano,
que está sobre la mesa,
miraré mi cara,
y me sonreiré…
Para darme ánimo
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Un “tanka” sería esto:
Veo la nube.
Se desdobla hacia mí,
nos traerá agua.
En la estufa hay ratones,
buscan un lecho tibio.
Llueve
Hace 2 días
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