Navegando por la red Q.P. ha localizado esta maravillosa acuarela de Manuel Sosa, a cuya web como vereis resaltamos
un enlace, y es que merece la pena ver, en ella, sus preciosas acuarelas. No dejeis de visitarla!.
Que os sugiere, a vosotros, queridos navegantes, esta otoñal acuarela, quinto pretoriano le va a poner como pie de foto
este poema del poeta costarricense Laureano Albán (Procedente de Turrialba, fundó, junto con Jorge Debravo, el Círculo de poetas costarricenses, el cual aún dirige. Estudió Filología y Lingüística en la Universidad de Costa Rica y se doctoró en Nueva York. Ha desempeñado cargos diplomáticos en España, Estados Unidos, Nueva York, Israel y Francia. Ha obtenido diversos premios internacionalmente, tales como el Premio Adonais de Poesía (Madrid, 1979) y el Premio Internacional de Poesía Religiosa (Burgos, 1983). En Costa Rica ha obtenido el Premio Nacional de Poesía Aquileo J. Echeverría dos veces (1980 y 1993) y en el año 2006 se le otorgó el Premio Magón, máximo galardón de la cultura costarricense.
Algunos de sus libros más importantes son: Herencia del otoño (1980), Geografía invisible de América (1982), Aunque es de noche (1983), Autorretato y transfiguraciones (1983), El viaje interminable (1983), Biografias del terror (1984), Todas las piedras del muro (1987) y la Enciclopedia de maravillas (1995), las cual se compone de tres tomos con más de mil poemas que describen el mundo desde el punto de vista de la poesía.
Procedente de Turrialba, fundó, junto con Jorge Debravo, el Círculo de poetas costarricenses, el cual aún dirige. Estudió Filología y Lingüística en la Universidad de Costa Rica y se doctoró en Nueva York. Ha desempeñado cargos diplomáticos en España, Estados Unidos, Nueva York, Israel y Francia. Ha obtenido diversos premios internacionalmente, tales como el Premio Adonais de Poesía (Madrid, 1979) y el Premio Internacional de Poesía Religiosa (Burgos, 1983). En Costa Rica ha obtenido el Premio Nacional de Poesía Aquileo J. Echeverría dos veces (1980 y 1993) y en el año 2006 se le otorgó el Premio Magón, máximo galardón de la cultura costarricense.
Algunos de sus libros más importantes son: Herencia del otoño (1980), Geografía invisible de América (1982), Aunque es de noche (1983), Autorretato y transfiguraciones (1983), El viaje interminable (1983), Biografias del terror (1984), Todas las piedras del muro (1987) y la Enciclopedia de maravillas (1995), las cual se compone de tres tomos con más de mil poemas que describen el mundo desde el punto de vista de la poesía.):
Vestigios más allá del otoño
A Francisco Brines
Cuando ya no te queda sino el viento
segado en una mano
y en la otra la luz arde callando,
pues lo has gozado todo, sin quererlo,
como un niño perdido en una fiesta,
y el mundo pende de tus ojos,
sueño vencido por el tiempo,
y te puedes morir transfigurado
sin despertar ni una oración ni un pájaro.
Ya has ganado el silencio,
no el corrupto, el pedestre silencio del olvido,
sino el alma mayor de las palabras
gastadas totalmente.
Has pasado el umbral
y habitas la sagrada zona última.
Has llegado hasta el límite indefenso,
a la altura agotada por los vuelos.
Y debes sonreír, como una máscara
que sube al sacrificio,
siendo temor, difusa pesadumbre
de sueñor que se adentran en la muerte.
Cierras los ojos y entras como un niño
a los lentos rescoldos del otoño,
más allá de lo puro y lo destruído,
salvado tras el último silencio.
A Francisco Brines
Cuando ya no te queda sino el viento
segado en una mano
y en la otra la luz arde callando,
pues lo has gozado todo, sin quererlo,
como un niño perdido en una fiesta,
y el mundo pende de tus ojos,
sueño vencido por el tiempo,
y te puedes morir transfigurado
sin despertar ni una oración ni un pájaro.
Ya has ganado el silencio,
no el corrupto, el pedestre silencio del olvido,
sino el alma mayor de las palabras
gastadas totalmente.
Has pasado el umbral
y habitas la sagrada zona última.
Has llegado hasta el límite indefenso,
a la altura agotada por los vuelos.
Y debes sonreír, como una máscara
que sube al sacrificio,
siendo temor, difusa pesadumbre
de sueñor que se adentran en la muerte.
Cierras los ojos y entras como un niño
a los lentos rescoldos del otoño,
más allá de lo puro y lo destruído,
salvado tras el último silencio.
2 comentarios:
OTOÑO (Octavio Paz)
En llamas, en otoños incendiados,
arde a veces mi corazón,
puro y solo. El viento lo despierta,
toca su centro y lo suspende
en luz que sonríe para nadie:
¡cuánta belleza suelta!
Busco unas manos,
una presencia, un cuerpo,
lo que rompe los muros
y hace nacer las formas embriagadas,
un roce, un son, un giro, un ala apenas;
busco dentro mí,
huesos, violines intocados,
vértebras delicadas y sombrías,
labios que sueñan labios,
manos que sueñan pájaros...
Y algo que no se sabe y dice «nunca»
cae del cielo,
de ti, mi Dios y mi adversario.
A ver que os parece este poema de Juan Ramón Jimenez como pie de foto, para esa preciosa acuarela :
Poema Ida De Otoño de Juan Ramon Jimenez
Por un camino de oro van los mirlos… ¿Adónde?
Por un camino de oro van las rosas… ¿Adónde?
Por un camino de oro voy…
¿Adónde,
otoño? ¿Adónde, pájaros y flores?
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