lunes, 29 de septiembre de 2008

La Literatura y la música : "MANA" - Mariposa traicionera

MARIPOSA TRAICIONERA : 

Artista: Maná
Album: Revolución de Amor
Canción: Mariposa traicionera
 
Eres como una mariposa;
vuelas y te posas vas de boca en boca,
fácil y ligera de quien te provoca.

Yo soy ratón de tu ratonera,
trampa que no mata pero no libera,
vivo muriendo prisionero.

Mariposa traicionera, todo se lo lleva el viento,
mariposa no regreso.

Ay, mariposa de amor, mi mariposa de amor
Ya no regreso contigo.
Ay, mariposa de amor, mi mariposa de amor.
Nunca jamás junto a ti.
vuela amor, vuela dolor
y no regreses a un lado
ya vete de flor en flor, seduciendo a los pistilos
y vuela cerca del sol,
pa´ que sientas lo que es dolor.

Ay, mujer como haces daño,
pasan los minutos cual si fueran años,
mira estos celos me están matando.

Ay, mujer que fácil eres,
abres tus alitas, muslos de colores
donde se posan tus amores.

MARIPOSA TRAICIONERA,
todo se lo lleva el viento,
mariposa no regreso.

Ay, mariposa de amor, mi mariposa de amor.
Ya no regreso contigo
Ay, mariposa de amor, mi mariposa de amor.
Nunca jamás junto a ti,
vuela amor, vuela dolor
que tengas suerte en tu vida
ay, ay, ay, ay, ay dolor,
yo te lloré todo un río,
ay, ay, ay, ay, ay amor,
tú te me vas a volar.

Ver : http://es.youtube.com/watch?v=3pxc40obkcA


Efemérides : 29 de Septiembre

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El poema de hoy : El espejo de agua : ARTE POÉTICO (Vicente Huidobro)

ARTE POÉTICO

         Que el verso sea como una llave

Que abra mil puertas.

Una hoja cae; algo pasa volando;

Cuanto miren los ojos creado sea,

Y el alma del oyente quede temblando.

 

Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;

El adjetivo, cuando no da vida, mata.

 

Estamos en el ciclo de los nervios.

El músculo cuelga,

Como recuerdo, en los museos;

Mas no por eso tenemos menos fuerza:

El vigor verdadero

Reside en la cabeza.

 

Por qué cantáis la rosa, ¡oh Poetas!

Hacedla florecer en el poema;

 

Sólo para nosotros

Viven todas las cosas bajo el Sol.

 

El poeta es un pequeño Dios.

                                               Vicente HuidobroEl espejo de agua

 

   (Se ha dicho que este poema prefigura las teorías que más tarde hará explícitas el poeta -recordemos susManifestes-; pero aquí está cercano al ultraísmo. Se ha escrito que Huidobro estaba convencido de que el poeta era una especie de demiurgo capaz de hacer trascendentes las contradicciones y de alcanzar así una realidad superior donde el mundo gana la ligazón que en apariencia no tiene.

   Vicente Huidobro nació en Santiago de Chile en 1892, y murió en Cartagena (Chile) en 1948. Vivió en París y en Madrid, y aquí fue colaborador de la revista Ultra, de donde surgiría el ultraísmo y, posteriormente, el creacionismo, movimiento este que intenta arramblar con toda tradición poética. Entre sus obras: El espejo de agua, 1916; Poemas árticos, 1918, y su obra más conocida y determinante: Altazor.)       

 

   En un texto lucidísimo de Glucksman podemos leer: “Las ideas que los europeos se hacen de la Belleza, del Bien y de la Verdad los dividen y desparraman; estética, moral y doctrinalmente, Europa es y sigue siendo una diáspora orgullosa de su desmembramiento, incluso cuando fantasea su superación. Su directa experiencia de los males la debe a este comedimiento, conoce lo falso antes de captar lo verdadero, descubre las desgracias sin conocer la felicidad, colectiviza el sentimiento de lo nefasto y abandona a los cerebros solitarios, los fastos y las fiestas del Soberano Bien. Por lo menos, tanto como espere sobrevivir”.

Comentario : Sobre el aborto (Contestación al lector Zipi y Zape)

Un atento lector del blog, que se hace llamar Zipi y Zape, dice, a propósito de un comentario nuestro sobre mi amigo Jordi, el chavalín que nació con cinco meses y medio, que le parece ver entre letras una censura política.

   Cuando iniciamos este blog -y lo hicimos tres escritores donostiarras-, renunciamos a entrar en cualquier cuestión que atañera al confuso mundo de la política y de los políticos. Eso está en nuestra declaración de principios. Seguimos creyendo, con Charles Olson, que “un político es un culo con el que se sienta una muchedumbre”. Con esta afirmación queda dicho todo. Ocurre, no obstante, que las consecuencias del actual panorama nacional están tan imbricadas en nuestras vidas, tan pegadas a nuestra piel, mueven tantísimo el continuo flujo de los días, del trabajo y de las haciendas, que tienen siempre, y los tendrán cada vez más, puntos de contacto con nuestra inevitable condición de simples ciudadanos. Pero, por mucho esfuerzo que despleguemos para ignorar la casta que se mantiene en el poder u opta a él, sus leyes, sus disposiciones y sus decretos nos alteran o nos confortan. Y hay que decirlo.

 

   Y continuando con el espinoso tema del aborto, yo creo (Aranguren dixit) que es, en sí mismo, un percance. Considero que hoy, en nuestra sociedad europea y occidental tan informada, sólo la ignorancia o el descuido pueden hacer que una mujer se quede embarazada contra su voluntad. Ya no son los tiempos de mi juventud, cuando nuestras novias, a la primera falta, se bebían medio litro de leche hirviente con canela, o recurrían a hierbas mágicas, o montaban durante largo rato en burro. Se inventó el dispositivo intrauterino (Diu), eficaz; surgió poco más tarde la “píldora” salvadora, se crearon cremas espermicidas varias y, para remate, ahora tenemos la pastilla del día posterior, infalible. Eso, dejando a un lado el preservativo, ominosa gomilla que no se rompe ni a dentelladas.

   Que en los países islámicos, en África, en Oriente (menos), las mujeres se queden embarazadas sin pretenderlo -muchas veces por imposiciones del varón-, se entiende. Es allí donde hay que hacer una campaña exhaustiva de información y de remedio.

   Estando en esto, diré que yo no me opondré nunca a una ley de plazos razonable, como la que existe en varios países europeos, ni a un aborto terapéutico que prevé malformaciones y una vida desgraciada para la futura criatura; o al aborto por violación. Lo que me encorajina es que a una criatura de siete meses se la llame feto y pueda eliminarse del vientre de su madre; y si no ha cumplido los siete meses, forme parte, con las vendas, compresas, apósitos, dodotis y demás, de los simples “restos sanitarios”. Y esto no es ciencia ficción, esto ha ocurrido desgraciadamente en varias clínicas de nuestro país: hay datos fehacientes.

 

   Así y todo, debo confesar que siempre me molestó ese eslogan de las feministas: “Nosotras parimos, nosotras decidimos”. Da la sensación de que el ser que se alimenta y crece en sus entrañas es de exclusiva propiedad o, peor aún, que lo consideran como un órgano más, un apéndice, un tumorcillo.

   Pues no, señoras mías. Consideren que llevan en sus barriguitas un huésped, una persona que se está formando y que tiene unos derechos que ustedes, con todo el mérito que suponen los nueve meses de embarazo, no pueden abolir. El niño está ahí, sí, pero, por encima de esta circunstancia, tiene los derechos que cientos de años de civilización han concedido a las humanas criaturas. Ustedes, amigas mías -o ya enemigas- no pueden decidir cual si el nasciturus fuera una peca o un granito que puede extirparse sin la más mínima conciencia ética. Eso es indigno. Y si les molesta, piensen que, sin ninguna duda, hubiera sido mucho mejor no haberles dado a sus colaboradores tantas facilidades…

Refranes, Dichos y Sentencias sobre ABOGADOS, JUECES y MAGISTRADOS

  • Dios te guarde de párrafo de legista, de infra de canonista, de etcétera de escribano y de récipe* de médico
  • Dios te libre de alcalde nuevo y escribano viejo.
  • En pleito de rico ancho el margen y letra grande. ("porque si la labor de los abogados es siempre lucrativa, en este caso, proporcionalmente, lo será mucho más")
  • Estará mi hacienda entre letrados, como sardina entre gatos.
  • En pleitos diligencia, la bolsa abierta y paciencia.
  • El oficio de picapleitos : embarullarlo todo y hacer lo blanco, negro.

(*)récipe.

(Imper. del lat. recipĕre, recibir: recibe, toma).

1. m. Era u. en abreviatura a la cabeza de la receta.

2. m. coloq. Receta médica.

3. m. coloq. Desazón, disgusto o mala noticia que se da a alguien.

Efemérides : 28 de Septiembre

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Libros recomendados:


 

          Poesía:

          Carl Sandburg: Antología (Plaza Janés, S.A., Selecciones de poesía universal).

 

           Ensayo:

           Irving Sandler: El triunfo de la pintura norteamericana / Historia del expresionismo abstracto (Alianza Editorial, Madrid).

Términos navales (III)

  • Trancanil.    Pieza que une longitudinalmente los extremos de los baos (blog II).
  • Fogonadura. Aberturas para que pasen los palos y el cabestrante hasta su asiento.
  • Borda.            Parte alta del costado de una embarcación.
  • Candeleros.   Barras, en hierro o madera, que forman barandillas y pasamanos.
  • Pasamanos.   Piezas de madera, cable o cuerda, que, sujetas a candeleros o      mamparos, sirven para asirse.     
  • Escotillas.       Aberturas para comunicar diversas partes del buque.

Frases o palabras que ofrecen dudas:


  •  Lunch.   Puede decirse “lonche”.
  • Lívido.   Significa “violáceo”, y no “pálido”. Ej.: “Livideces crepusculares”.
  • Linde.    Habitualmente se emplea como femenino: “Las lindes”.
  • Líbido.   Palabra grave, no esdrújula. No debe llevar tilde en la primera I  Ej.: “Es culpa de mi libido”.
  • Laxo.      “Relajado”.
  • Laso.       “Extenuado”, “cansado”.

Algunos poemas de Andrés Breton


LOS ESCRITOS VUELAN

El satén de las páginas que se hojean en los libros modela 
               una mujer tan hermosa
Que cuando no se lee se contempla a esa mujer con tristeza
Sin atreverse a hablarle sin atreverse a decirle que es tan hermosa
Que lo que se va a saber no tiene precio
Esta mujer pasa imperceptiblemente entre un rumor de flores
A veces se vuelve en medio de las estaciones impresas
Para preguntar la hora o mejor aún simula contemplar unas
                 joyas bien de frente
Como no hacen las criaturas reales
Y el mundo se muere una ruptura se produce en los anillos de aire
Un desgarro en el lugar del corazón
Los diarios de la mañana traen cantantes cuya voz tiene el color de la 
arena en las riberas tiernas y peligrosas
Y a veces los de la tarde dan paso a muchachas que conducen 
                 animales encadenados
Pero lo más bello está en el intervalo de ciertas letras
Donde unas manos más blancas que el cuerno de las estrellas a mediodía
Saquean un nido de blancas golondrinas
Para que llueva siempre
Tan bajo tan bajo que las alas no puedan ya mezclarse
Unas manos por donde se sube hasta unos brazos tan leves
                 que el vapor de los prados en sus graciosas volutas por
                 encima de los estanques es su imperfecto espejo
Unos brazos que no se articulan más que con el peligro excepcional de un 
                                                                                                     cuerpo hecho para el amor
Cuyo vientre llama a los suspiros desprendidos de los matorrales 
                 llenos de velos
Y que sólo tienen de terrestre la inmensa verdad helada de los trineos de  
                                                                           miradas sobre la extensión toda blanca
De lo que no volveré a ver más
A causa de una venda maravillosa
Que es la mía en el juego de la gallina ciega de las heridas

Versión de Manuel Álvarez Ortega

MUNDO EN UN BESO...

Mundo en un beso
El músico con baquetas de avellano cosidas en las mangas
Apacigua a un enjambre de jóvenes monos-leones
Que descendieron con gran estrépito de la cornisa
Todo se vuelve opaco veo pasar la carroza de la noche
Arrastrada por los ajolotes de zapatos azules
Que penetra resplandeciente por la violencia que conduce a la tumba
Pavimentada de párpados con sus pestañas
La ley del talión utiliza un pueblo de estrellas
Y tú te matizas para mí de un negro rocío
Mientras los horribles bornes mentales
Se hienden en el sentido de la longitud
Dando paso a unos penachos
Que miran al lago próximo
Los barrotes del espectáculo están maravillosamente retorcidos
Un largo huso de aire atestigua sólo la huida del hombre
De madrugada entre la ilustre alfalfa
La hora
Sólo es lo que hacen sonar las piezas de oro de la bohemia
En las aspas de coriaria
Una amazona de pie sobre un caballo tordo anaranjado al galope
Desde lejos los brazos están siempre en extensi6n lateral
El rombo polvoriento del forro me recuerda
La tienda decorada de bisontes azules
Por los indios de la almohada
Afuera el aire se prueba los guantes de muérdago
Sobre un mostrador de agua pura
Mundo en un beso limpio
Para mí las escamas
Las escamas de la gran tortuga celeste con vientre de hidrófilo
Que se debate cada noche en el amor
Con la gran tortuga negra la gigantesca escolopendra de raíces

Versión de Manuel Álvarez Ortega

Traginando con la boba

  Alguien, hace algún tiempo, bautizó a nuestra televisión como “la caja tonta”. De manera harto curiosa, los que más se refocilan con el calificativo son los que más la ven. El problema de la televisión, nuestra o ajena, es que no es una ventana por la que nos asomamos al exterior; es más bien ese exterior el que se introduce, ladina y subrepticiamente, en nuestras casas. Por consiguiente, deberíamos construirnos un mecanismo defensivo para evitar males mayores. (Me dirán ustedes que basta con apagar el botoncito de puesta en marcha, cierto, pero entonces tendríamos que recurrir al libro, que, como nadie ignora, está en trance de desaparecer de nuestras casas y hogares.)

   La Televisión española, y me refiero a la decena de canales que utilizamos normalmente (pronto llegarán muchos más, con esa cosa esotérica de la digitalización), tiene cosas realmente buenas. Entre ellas están los telediarios, que nos ponen en contacto con la más rabiosa actualidad, si bien puedan pecar de  tendenciosos; están los grandes reportajes, las aventuras en remotos mundos, los programas científicos o de información (ahí entrarían “Documentos TV” y Punset), las gestas deportivas, los debates seudopolíticos, la demoledora y americanísima familia Simpson y alguna cosa más que se nos olvida. También, el cine retrospectivo, las series norteamericanas, las películas europeas de mayor éxito y un cuidadoso vistazo a otros tipos de cinematografía que no por estar lejos resultan menos interesantes.

   En el debe situaríamos los programas de entretenimiento, del corazón (o del bajo vientre), del chismorreo, la calumnia, el insulto, la mala leche y las nonadas, todos ellos ciscándose en la buena fe del teleadicto; losreality-showstan fastidiosos como “Gran Hermano”, y los concursos estúpidos (eso sí: con mucho reparto de dinero) como los que dirige, entre otros muchos, el insoportable Sobera -insoportable por pertinaz, por omnipresente-, todos en horarios mañaneros o cercanos al almuerzo para agriar la digestión de quienes comen tempranito.

   Lo peor, sin duda, son las series españolas que quieren parecerse a algunas norteamericanas y se quedan por debajo de Colombia, Venezuela y Méjico. Ejemplos puntuales serían “Lex”, “Las tontas no van al cielo”, “Lalola”, “Sin tetas no hay paraíso”, 700 euros y ese horror titulado “Física o Química”, cuyo cualquier parecido con la realidad tiene categoría de accidente. Y algunos se preguntarán: “¿Cómo es que los guionistas españoles son tan zafios, ¡Mare de Deu!, con el dineral que ganan?”. Y uno sigue preguntándose: “¿A qué tipo de compatriotas pueden gustar semejantes engendros?; ¿qué los mantiene prendidos de la pantalla?; ¿cómo no han muerto de tedio y consunción los abuelitos y las abuelitas celtibéricas, mas algún padre o madre descuidados y algún enfermito que se resistiera a cerrar los ojos?

   Ahí queda el misterio.

 

   Oído en la tele a propósito de un automóvil: Alrededor tuyo. Error. Digan: “A tu alrededor”.

 

  Una costumbre de las más estúpidas consiste en subtitular las películas dándole al espectador un tiempo mínimo para la lectura de la banda (yo he calculado medio segundo por línea). Como nunca nos apuntamos a un curso de lectura acelerada, nos perdemos la mitad del guión. ¡Qué mal!

Efemérides : 27 de Septiembre

Nacimientos :
Fallecimientos : 

El Festival

 El Festival de Cine de San Sebastián abrió sus puertas hace dos semanas más o menos. El día de la inauguración, en el remozado Teatro Victoria Eugenia, pudimos presenciar los actos preliminares. Vimos después a Allen Stewart Konigsberg (llamado Woody), tan menguadito, el pobre; a Antonio Banderas, simpático, sencillo y siempre contenido, y a otras  estrellas más.

   También llegó Javier Bardem, con su cara de primitivo, y con su madre. Sonaban pelotazos de goma cuando los ilustres penetraron en el recinto, pero a quienes se han prestado voluntarios/as a defender los puentes de Mostar y de Bagdad, seguro que no les ha afectado en nada.

 

    Se ha dicho en los medios que este Bardem va a destinar el importe de su premio: 30.000 euros, a la ayuda de los saharauis. Un aplauso, feo; que cunda tu ejemplo.

  

    Penélope no viene. Está liada la bella. Francamente, no sé a quien puede seducir esa carita sosa de morritos saltones, y su cuerpecito siempre en pose. Uno se acuerda de las viejas diosas; de la Bacall, de la Moreau, de Rita Hayworth, de Ava Gardner, de Jane Fonda, de la Monroe o de aquel portento de chica que ha sido y es Claudia Cardinale, y se nos caen los palos del sombrajo. Pero el rostro posmoderno de P mola. Mola mazo.

 

   Menos mal que viene, ¡ay!, Meryl.

Correo del Navegante

 Agnes Dartiguelongue, desde Tarbes (Francia), nos dice:

 

   Saludos. Suelo ver y leer vuestro blog, que me gusta mucho. Me gustaría que metierais más poesía de la española, que creo andáis poquito cortos. Como sois blog literario no habrá problema, ¿eh? Besos.

   (Querida Agnes: Te agradecemos tu recomendación. En todos nuestros blogs va una sección que llamamos “El poema de hoy”, además de unos graciosos cantares infantiles que pueden también considerarse poéticos. No obstante, en atención a ti, transcribimos un delicioso romance viejo (¿siglo XII?) del que, precisamente, se sirvió el escritor venezolano Miguel Otero Silva para su estupenda novela sobre el caudillo vasco Lope de Aguirre. ¿Contenta?)

 

           “Estos mis cabellos, madre…”

 

   Estos mis cabellos, madre,

dos a dos me los lleva el aire.

  

   No sé qué pendencia es ésta

del aire con mis cabellos,

o si enamorado dellos

les hace regalo y fiesta;

de tal suerte los molesta

que cogidos al desgaire

dos a dos me los lleva el aire.

 

   Y si acaso los descojo

luego el aire los maltrata,

también me los desbarata

cuando los entrezo y cojo;

ora siento desto enojo,

ora lo lleve en donaire,

dos a dos me los lleva el aire.

 

 

   Salustiano Pombo, desde Barranquilla (Colombia), escribe:

 

   Vuestros trabajos literarios y comentario de eventos me distraen y no enojan, pero me gustaría hablarais también de algunos de nuestros grandes escritores: Mejía Vallejo, Alvaro Mutis, García Márquez, ApuleyoMendoza, etc. ¿Será posible?

   (Estimado amigo: De García Márquez ya se ha dicho casi todo, ¿qué pueden añadir estos humildes servidores? En mi biblioteca tuve durante mucho tiempo una novela de Manuel Mejía Vallejo: El día señalado, que fue premio Nadal, si no me engaño. Era un texto magnífico. Aire de tango la presté hace poco y, como era de esperar, no me fue devuelto…También nos gustó a todos La nieve del almirante, de Mutis. De todas formas, atenderemos tu petición.)

¡Las Cortes Bilbaínas! (La Palanca)

   Estos días se habla mucho de un varón entrado en años, aunque vivaracho él, presidente de una de esas Comunidades Autónomas que ahora trocean mi antigua España, y se habla porque confesó en público, entre gallardo y cínico, que él perdió su virginidad a los dieciocho años… y pagando.

   Quien haya conocido las décadas cuarenta y cincuenta conoce de sobra la represión sexual que padecía el joven españolito. El Nacional-Catolicismo y nuestras familias, tan asustadizas y pacatas, lo hicieron posible. Perder el virgo antes de los veinte años no estaba nada mal… Pagar reduce el mérito o lo atenúa, pero, amigos míos, poca gente mojaba gratis en aquellos días de cristalina pureza.

   Y lo que me fastidia es que se rasguen las vestiduras algunas gentes que, desde luego, no constituyen un ejemplo de ética ni en lo político ni en lo sentimental. En aquellas décadas penosas, iniciarse en el sexo con una meretriz, asistenta sexual o como queramos llamarla, era lo habitual. Aunque el general Franco, siempre celoso de nuestra castidad, mandó, por decreto y sobre los cincuenta, “cerrar las casas de lenocinio y solaz público”, el caso es que sobrevivieron, acaso porque para eso no hay enmienda o porque muchos clientes de aquellos tristes burdelitos era gente muy cercana al Régimen.

                           Se ha dicho que en Las Cortes bilbaínas, muchachos jóvenes de las dos orillas, obreros, señoritos y cuadrillas de falangistas hicieron allí sus primeras armas. Acudían, a veces, aleccionados por sus padres, que también eran clientes y deseaban cuanto antes para sus hijos una destreza erótica que no iban a aprender en ninguna otra esquina metropolitana; también se iba por propia decisión, porque, chicos, ¡manda carallo!

   Servidor, que ha conocido no sólo aquellos tiempos sino aquellos lugares, recuerda la vieja e inmortal Palanca como una larga calle en declive, con bares de alterne y copas en las dos aceras paralelas. Por extraño designio, los establecimientos iban bajando de categoría a medida que la calle iba en descenso, con un nudo en la llamada -¡qué ironía!- Plaza de la Salud.

   Y puestas las mientes en estas travesuras y evocaciones, rememoro un bar-cafetería que llevaba el sugestivo nombre de “El gato negro”. Lo mejor de aquel pub era, a no dudarlo, el friso que se levantaba sobre la barra y que representaba los tejados de París a contraluz de un cielo de atardecer dorado, malva, violeta. Sobre las tejas, recortados, un sinfín de mininos que resolvían allí sus problemas o velaban por sus intereses. Gatos negros. El pintor (no sé si la citada representación estaba pintada al fresco o al óleo) bien se hubiera merecido una medalla.

   No sé decirles cuántos bares de este tipo explotaban sus negocios, en el Bocho, en aquellos 50 / 60 de nuestros pecados. Muchos. Y por un fenómeno poco explicable, el aspecto de las mancebas o pupilas, según he dicho, íbase deteriorando a medida que uno descendía por aquel paraje reservado para los júbilos de la carne. Obvio es decir que un número no menos numeroso de pequeñas pensiones, de albergues por un ratillo, abrían sus puertas con los servicios y ayudas pertinentes.

   Más tarde, este lugar de pecadores (si es pecado disfrutar de las caricias ajenas) empezó a sufrir el acoso de macarras, chulos y macrós que intentaban medrar y aprovecharse a cuenta de las sufridas muchachas. Para mayor desolación, una ola de gitanería invadió el barrio, y, con ella, arribaron también los traficantes de la droga, incansables en sus ofertas de papelinas, hachís, maría, cocaína y porquerías similares. De lugar de esparcimiento, de paraíso de breves, efímeros y asequibles desenfrenos, pasó a ser un  paraje sórdido y peligroso, con navajeros y descuideras pululando a carga cerrada, hasta el punto de que la policía nacional repetía sus rondas por allí con una frecuencia fuera de lo común.

   Guardo un recuerdo tibio y lascivo de la Palanca, donde una chica me dejó, en una tediosa tarde de sirimiri, el argumento para un relato corto que más tarde fue premiado en un concurso literario -¡lo que son las cosas!-; y el tema tenía mucho que ver con aquellos asombrosos gatos.

    A ese señor cántabro, yo le diría que haga oídos sordos a quienes con algo, o con mucho, de mentecatez e hipocresía censuran su aventurilla de hace muchos, muchos años. (Los ñoños suelen ser peligrosos.) Su pecado, Sr. R., es que se ha confesado dónde y con quien no debía. Si me lo hubiese contado a mí, me hubiera hecho cierta gracia por lo que tiene de humanidad y desenfado. Ahora, las feminorras (no las dignas feministas) cargarán contra su persona. Ni caso, camarada. ¡Hemos visto usted y yo tanta agua bajo los puentes…!

Premio Nacional de las Letras

El Premio Nacional de las Letras lo otorga el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Está dotado con 30.000 euros y reconoce la labor literaria de un escritor vivo en cualquiera de las lenguas oficiales del Estado. Es el segundo en importancia dentro de las letras españolas, después del Cervantes.


1984 
Josep Vicens Foix (Catalunya, 1893-1987) poeta 
1985 Julio Caro Baroja (España, 1914-1995) ensayista
1986 
Gabriel Celaya (España, 1911-1991) poeta
1987 
Rosa Chacel (España, 1898-1994) novelista
1988 
Francisco Ayala (España, 1906) novelista
1989 Joan Coromines (Catalunya, 1905-1997) ensayista 
1990 
José Hierro (España, 1922-2002) poeta
1991 
Miguel Delibes (España, 1920) novelista 
1992 
José Jiménez Lozano (España, 1930) novelista
1993 
Carlos Bousoño (España, 1923) poeta
1994 
Carmen Martín Gaite (España, 1925-2000) novelista
1995 
Manuel Vázquez Montalbán (España, 1939-2003) novelista y poeta
1996 
Antonio Buero Vallejo (España, 1916-2000) dramaturgo
1997 
Francisco Umbral (España, 1935-2007) novelista
1998 
Pere Gimferrer (Catalunya, 1945) poeta
1999 
Francisco Brines (España, 1932) poeta
2000
 
Martin de Riquer (España, 1914) ensayista
2001 Miquel Batllori (Catalunya, 1909-2003) ensayista
2002 
Joan Perucho (Catalunya, 1920-2003) novelista
2003 
Leopoldo de Luis (España, 1918-2005) poeta
2004 
Félix Grande (España, 1937) poeta
2005 
José Manuel Caballero Bonald (España, 1928) poeta
2006 Raúl Guerra Garrido (España, 1935) novelista
2007 
Ana María Matute (España, 1926) novelista 



Cuantía: 30.000 euros 
Fecha: Noviembre